
Fruto de la necesidad fisiológica, me acerqué a un baño público en una céntrica cafetería santiaguesa. Por si alguien no lo sabe, las puertas de estos baños, suelen ser un gran compendio de la cultura popular.
Un "angelito" había escrito en mayúsculas y con un rotulador grueso lo siguiente:
"LOS HEMIGRANTES NOS ROBAN EL TRABAJO"
Un segundo "angelito" había escrito, también en mayúsculas, aunque con un boligrafo mas común, una corrección de errores:
"JILIPOLLAS, EMIGRANTES SE ESCRIBE SIN H"
Por último, un tercer "angelito", motivado por sus anónimos colegas, habia escrito con tal ímpetu que había rayado hasta la pintura de la puerta lo siguiente:
"NO TENEIS NI PUTA IDEA. LOS QUE NOS ROBAN EL TRABAJO SON IMIGRANTES"
Después de este alarde cultural, no sabía si resignarme a permanecer sentado el resto de la mañana, o levantarme súbitamente y cambiar de local buscando mejores prosas de inodoro.
En tal caso me apetecía dejar escrita esta muestra máxima de gilipollez, que deja una prueba tríste y patética de una parte de la sociedad, espero que pequeña, que está más cómoda en la queja y en el insulto, antes que en la iniciativa y en la preparación, para salir adelante en estos tiempos convulsos.
Un "angelito" había escrito en mayúsculas y con un rotulador grueso lo siguiente:
"LOS HEMIGRANTES NOS ROBAN EL TRABAJO"
Un segundo "angelito" había escrito, también en mayúsculas, aunque con un boligrafo mas común, una corrección de errores:
"JILIPOLLAS, EMIGRANTES SE ESCRIBE SIN H"
Por último, un tercer "angelito", motivado por sus anónimos colegas, habia escrito con tal ímpetu que había rayado hasta la pintura de la puerta lo siguiente:
"NO TENEIS NI PUTA IDEA. LOS QUE NOS ROBAN EL TRABAJO SON IMIGRANTES"
Después de este alarde cultural, no sabía si resignarme a permanecer sentado el resto de la mañana, o levantarme súbitamente y cambiar de local buscando mejores prosas de inodoro.
En tal caso me apetecía dejar escrita esta muestra máxima de gilipollez, que deja una prueba tríste y patética de una parte de la sociedad, espero que pequeña, que está más cómoda en la queja y en el insulto, antes que en la iniciativa y en la preparación, para salir adelante en estos tiempos convulsos.
