
Fruto de la casualidad encontré esta simpática imagen en el proceloso mundo de la red. Fue como una lucecita (led, por supuesto, que hay que ahorrar energía) que se me encendió, y decidí que necesitaba dejar en la red mi encabrone particular al respecto.
Los que ya hemos cruzado la barrera de los 40, hemos vivido nuestra juventud a la par que nuestra democracia crecía. La clase política era una mezcla de jóvenes promesas y viejas glorias, que formaban una base de experiencia e ilusión, que con la vista atras, difícilmente volverá a repetirse.
25 años después, la clase política ha eliminado de la palestra la experiencia y la templaza de la edad, y un estrato de jóvenes tecnócratas se afanan en legislar todos y cada uno de los rincones de nuestra vida, en un pensamiento obsesivo de que nosotros, los ciudadanos, somos tan idiotas como ellos, y solo se entiende lo que se legisla, lo que se escribe, lo que se prohibe.
Estoy convencido que solo legislan para lucimiento propio. Que bién queda en el currículum: "tengo una carrera universitaria, dos masters, y he estado de ministro/a dos años en los que he redactado dos leyes y cuatro decretos de la leche."
¿Y que ha legislado ud?. Bueno ..., esto... Hemos prohibido un montón de cosas que estaban mal, muy mal y que el ciudadano no se habia dado cuenta ni siquiera de lo mal que estaban.
Por si aún no se dió cuenta esta nueva, joven y pujante clase política "sobradamente preparada", prohibir es tonto y fácil. Cualquier dictador de medio pelo, bajito y regordete, es capaz de prohibir y prohibir hasta quedar solo.
Cualquiera se puede sentar delante de un ordenador y empezar a escupir prohibiciones. Leyes para prohibir se nos ocurren a todos sin gran esfuerzo. Lo que ya jode más es hacer el ejercicio inverso. Si uno se pone a intentar inventare una ley que aporte libertad, que sea justa y que nos haga mejores .... ¡¡ Coño!!, eso cuesta bastante más.
Pues lo dicho, estoy un poco harto de la clase política que legisla para prohibir. Auténticos artistas del toreo de salón. Espero y deseo que alguien nos sorprenda abriendo una ventana, antes de que quedemos a oscuras de tanto bajar persianas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario