domingo, 18 de diciembre de 2011

Claro y sencillo: Moscas y Catedrales

Mientras volvía del trabajo, escuchaba la radio sin mayor interés. Un tipo del CERN hablaba sobre el acelerador de protones, partículas subatómicas y bla, bla, bla.

Ante una pregunta de la entrevistadora, hizo una pausa y comento. Voy a realizar una explicación para que la entienda todo el mundo:

En el CERN, estamos buscando "la chispa de la vida". Esto ya me gusto más. Nunca pensé que los "slogans" Cocacoleros, tuvieran aplicación científica.

El tipo siguió con la explicación: Si usted se imagina que un átomo es una catedral, estamos buscando a una mosca dentro. Eso es el tamaño de lo que buscamos. Llevamos ya más de un año cerrando puertas, y creemos que en otros 3 o 4 meses más lo encontraremos.

Una explicación clara y sencilla. Como agradezco dados los tiempos que corren, que alguien se moleste y haga un esfuerzo para explicar las cosas claras y sencillas.

Ahora te dicen que no hay crisis. Solo una coyuntura de consteñimiento global que afecta a los mercados y que desequilibra la balanza de pagos nacional, que repercute en la fuerza laboral. Ya, y piensan que nos quedamos tan agusto.

 Somos una generación que ya no estamos para cuentos. Pasamos de la máquina  de escribir al "PC" y ahora nos merendamos cualquier i pohe o i leches que se nos ponga por delante.

Nos dieron el biberón en el final de una dictadura, nos merendamos la transición, y ahora nos buscamos los garbanzos mientras seguimos transitando.
De banderas ni hablemos. Nos las conocemos todas, desde la rojigualda con aguilucho, hasta la multicolor.

Descubrimos el IVA, el IPC, el EURO, el EURIBOR y ahora a la PRIMA, a la de riesgo quiero decir. Descubrimos que nuestra vida es buena o mala según algúno de estos nombres chorras sube o baje.

En fin, que ya está bien. Si un tio del CERN, que suena a ciencia ficción, es capaz de explicar el origen del universo con una mosca y una catedral, y voy yo y lo entieno, ya no hay disculpa. Al próximo que me cuente una milonga para explicarme que suben los precios, que me va a sacudir con los impuestos, o que van a inventar un contrato para currar hasta escojonarse por dos euros, lo mando a tomar por el saco.

Ya estoy cansado de tener que estar al loro de todo. Me da por el saco que la nueva versión de android tenga un  marcianito verde que sabe bailar hip-hop, o que el nuevo i-phone-ponpones tenga un catalizador cosmico que hace la leche merengada.

Estoy cansado de la tecnología que intenta día a día dejarme fuera de juego (esto lo dejo para una nueva entrada), pero lo que de verdad no aguanto son a los tecnócratas de salón, que se creen que te sueltan el rollo tipo tesis de universidad de algún país yanquilándico y que con esa verborrea nos dejan a todos catatónicos y satisfechos. Pues no, ya os tenemos tomada la medida y no nos acojonais.

Corolario: Si yo soy una mosca y la crisis una catedral, quién fue el cabrón que escogio un ejemplo con tan pocas ventanas para salir antes de estos tecnócratas me fumiguen.






martes, 6 de diciembre de 2011

FRESA Y CHOCOLATE


Tengo entre mis manos un catálogo navideño alimenticio con un montón de sugerencias culinarias que no me convienen, pero que me apasionan.

Me detengo en unas copas de helado de chocolate, con sirope de chocolate, trocitos de chocolate y virutas de chocolate para completar el cuadro.
Impresionante. El catálogo se recrea además en esplicar pormenorizadamente que cada chocolate que conforma esta efímera obra de arte además viene de un pais diferente. Ecuador, Brasil, Jamaica ... y así hasta completar una especie de aldea global concentrada en una pequeña copa de helado.

Esto del helado no es más que una pura anegdota que hizo venir a mi memoria mi infancia, y es especial mis paseos de verano con mi abuela paterna, hasta alguna de las heladerias que se colocaban en el Muro de San Lorenzo.

A mediados de los 70 durante las vacaciones escolares, algunas tardes mi abuela y yo dábamos un pequeño paseo desde la Plazuela de San Miguel hasta la playa de San Lorenzo, con el objeto de darnos un placer a los sentidos, y disfrutar de un helado en alguno de los puestos que se colocaban a lo largo de la playa.

No teníamos ninguna preferencia. Salíamos por la Calle Capua hacia la "Escalerona" y caminábamos, eso si, siempre en dirección al Barrio de la Arena. En una especie de juego de misterio, decidíamos donde detenernos, aunque yo ya sabía positivamente que nunca íbamos a pasar del "Mexico Lindo".

Aunque parezca increible, una heladería de los años 70 tenía los siguientes sabores:

Nata, Fresa, Vainilla y Chocolate. La heladería Verdú los hacía además de turrón, y alguna heladería "snob" tenia una especie de vainilla con trocitos de colores al que se llamaba "Tuti-fruti".

A partir de aquí va mi reflexión que envio, al menos a los de mi quinta, para saber si el sentimiento era compartido por alguno más.
En esa España tardo franquista, era importante no llamar la atención. Ser "normal", o al menos esa idea me intentaba transmitir mi abuela, que ya sabía lo que era eso del "Caudillo", y ya le había cogido el truco.

Por alguna estraña razón, designio divino o absurdez sin más, en cualquier heladería que se preciara, se podía pedir alguno de esos 4 sabores descritos, o las siguientes combinaciones: nata y fresa o vainilla y chocolate.

A mi, lo que siempre me a gustado es la fresa y el chocolate, pero eso no era posible. No era políticamente correcto.

Nunca supe porqué, pero asumía la explicación de mi superior jerárquico (mi abuela) y renegaba de mi combinación perfecta (fresa y chocolate), a cambio de la combinación "correcta" (nata y fresa)

Ahora, que he cumplido treinta y tantos años mas encima de los que tenía por aquel entonces, me parece absurdo, totalmente absurdo, pero reconozco que era una realidad de la vida cotidiana, de un pais con miedo, donde hasta las pequeñas decisiones, las irrelevantes, las del paladar, debían de ser como las de todos. Sin destacar.

Así que realizada la reflexión, me alegro de que non sacudieramos el polvo, y que existan los helados de bolas de chocolate o de chocolate y nata. Que existan los helados de dos bolas y los de dos "bolos". Que se pueda poner chocolate encima de dos bolas de nata o que una nata viciosa quiera dos "bolos" de chocolate. Que a la fresa le guste la nata, la vainilla o las exóticas nueces de macadauem. En fin pues, que cada uno de notros le de gusto a sus sentidos con la mejor combinación posible de colores y sabores. La suya.