miércoles, 14 de abril de 2010

Tener un amigo

Hoy me ha ocurrido unas de esas cosas pequeñas y maravillosas que estoy obligado a contar.

Por la tarde tenía cita para realizar un peritaje a una persona que ... en fin, necesitaba un peritaje.
La verdad es que hacía una tarde bochornosa y ciertamente perezosa, y el tema el trabajo no era de los que más me apasionaba, pero trabajo es trabajo.

Cuando llegué al lugar de la cita, un pequeño fin de semana en una parcelita muy arreglada, me di cuenta que tenía prácticamente toda la cabaña dedicada a una pequeña carpintería, con gúbias, mazos y tablas con tallas más o menos empezadas o acabadas.

Él me dijo: Perdona el desorden, pero me he aficionado a esto de la talla, y es como una droga que cada vez me engancha más. Además encontre hace algún tiempo una página de internet que se llama "asturtalla", que es el no va más.

Si, le contesté yo sacando un poco de pecho, no solo la conozco, sino que conozco al responsable de la misma, y es un gran amigo.

-Pero dices que lo conoces, o que eres amigo de verdad de Federico?

-Si, soy gran amigo de Fede. Me sería difícil decidir si es mejor amigo que maestro de talla o viceversa. La amistad, la talla y los gin-tonics, los sabe cultivar a un nivel espectacular.

Noté que mi cliente pasaba a mirarme con admiración. Había pasado de ser "el técnico del peritaje", al "amigo del maestro de talla de Asturtalla". Y eso me gustó.

En estos tiempos de vanitas-vanitatis, de que uno solo vale lo que tiene de valor, poder ser admirado por los amigos que uno tiene, el algo sencillamente especial. Eso si es un valor seguro que no cotiza en bolsa, y si se cuida, mejora en inversiones a largo plazo.

Espero que más gente me admire por los amigos que tengo, sobre todo cuando son de la talla (además de maestros de talla) de Fede.

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