domingo, 18 de diciembre de 2011

Claro y sencillo: Moscas y Catedrales

Mientras volvía del trabajo, escuchaba la radio sin mayor interés. Un tipo del CERN hablaba sobre el acelerador de protones, partículas subatómicas y bla, bla, bla.

Ante una pregunta de la entrevistadora, hizo una pausa y comento. Voy a realizar una explicación para que la entienda todo el mundo:

En el CERN, estamos buscando "la chispa de la vida". Esto ya me gusto más. Nunca pensé que los "slogans" Cocacoleros, tuvieran aplicación científica.

El tipo siguió con la explicación: Si usted se imagina que un átomo es una catedral, estamos buscando a una mosca dentro. Eso es el tamaño de lo que buscamos. Llevamos ya más de un año cerrando puertas, y creemos que en otros 3 o 4 meses más lo encontraremos.

Una explicación clara y sencilla. Como agradezco dados los tiempos que corren, que alguien se moleste y haga un esfuerzo para explicar las cosas claras y sencillas.

Ahora te dicen que no hay crisis. Solo una coyuntura de consteñimiento global que afecta a los mercados y que desequilibra la balanza de pagos nacional, que repercute en la fuerza laboral. Ya, y piensan que nos quedamos tan agusto.

 Somos una generación que ya no estamos para cuentos. Pasamos de la máquina  de escribir al "PC" y ahora nos merendamos cualquier i pohe o i leches que se nos ponga por delante.

Nos dieron el biberón en el final de una dictadura, nos merendamos la transición, y ahora nos buscamos los garbanzos mientras seguimos transitando.
De banderas ni hablemos. Nos las conocemos todas, desde la rojigualda con aguilucho, hasta la multicolor.

Descubrimos el IVA, el IPC, el EURO, el EURIBOR y ahora a la PRIMA, a la de riesgo quiero decir. Descubrimos que nuestra vida es buena o mala según algúno de estos nombres chorras sube o baje.

En fin, que ya está bien. Si un tio del CERN, que suena a ciencia ficción, es capaz de explicar el origen del universo con una mosca y una catedral, y voy yo y lo entieno, ya no hay disculpa. Al próximo que me cuente una milonga para explicarme que suben los precios, que me va a sacudir con los impuestos, o que van a inventar un contrato para currar hasta escojonarse por dos euros, lo mando a tomar por el saco.

Ya estoy cansado de tener que estar al loro de todo. Me da por el saco que la nueva versión de android tenga un  marcianito verde que sabe bailar hip-hop, o que el nuevo i-phone-ponpones tenga un catalizador cosmico que hace la leche merengada.

Estoy cansado de la tecnología que intenta día a día dejarme fuera de juego (esto lo dejo para una nueva entrada), pero lo que de verdad no aguanto son a los tecnócratas de salón, que se creen que te sueltan el rollo tipo tesis de universidad de algún país yanquilándico y que con esa verborrea nos dejan a todos catatónicos y satisfechos. Pues no, ya os tenemos tomada la medida y no nos acojonais.

Corolario: Si yo soy una mosca y la crisis una catedral, quién fue el cabrón que escogio un ejemplo con tan pocas ventanas para salir antes de estos tecnócratas me fumiguen.






martes, 6 de diciembre de 2011

FRESA Y CHOCOLATE


Tengo entre mis manos un catálogo navideño alimenticio con un montón de sugerencias culinarias que no me convienen, pero que me apasionan.

Me detengo en unas copas de helado de chocolate, con sirope de chocolate, trocitos de chocolate y virutas de chocolate para completar el cuadro.
Impresionante. El catálogo se recrea además en esplicar pormenorizadamente que cada chocolate que conforma esta efímera obra de arte además viene de un pais diferente. Ecuador, Brasil, Jamaica ... y así hasta completar una especie de aldea global concentrada en una pequeña copa de helado.

Esto del helado no es más que una pura anegdota que hizo venir a mi memoria mi infancia, y es especial mis paseos de verano con mi abuela paterna, hasta alguna de las heladerias que se colocaban en el Muro de San Lorenzo.

A mediados de los 70 durante las vacaciones escolares, algunas tardes mi abuela y yo dábamos un pequeño paseo desde la Plazuela de San Miguel hasta la playa de San Lorenzo, con el objeto de darnos un placer a los sentidos, y disfrutar de un helado en alguno de los puestos que se colocaban a lo largo de la playa.

No teníamos ninguna preferencia. Salíamos por la Calle Capua hacia la "Escalerona" y caminábamos, eso si, siempre en dirección al Barrio de la Arena. En una especie de juego de misterio, decidíamos donde detenernos, aunque yo ya sabía positivamente que nunca íbamos a pasar del "Mexico Lindo".

Aunque parezca increible, una heladería de los años 70 tenía los siguientes sabores:

Nata, Fresa, Vainilla y Chocolate. La heladería Verdú los hacía además de turrón, y alguna heladería "snob" tenia una especie de vainilla con trocitos de colores al que se llamaba "Tuti-fruti".

A partir de aquí va mi reflexión que envio, al menos a los de mi quinta, para saber si el sentimiento era compartido por alguno más.
En esa España tardo franquista, era importante no llamar la atención. Ser "normal", o al menos esa idea me intentaba transmitir mi abuela, que ya sabía lo que era eso del "Caudillo", y ya le había cogido el truco.

Por alguna estraña razón, designio divino o absurdez sin más, en cualquier heladería que se preciara, se podía pedir alguno de esos 4 sabores descritos, o las siguientes combinaciones: nata y fresa o vainilla y chocolate.

A mi, lo que siempre me a gustado es la fresa y el chocolate, pero eso no era posible. No era políticamente correcto.

Nunca supe porqué, pero asumía la explicación de mi superior jerárquico (mi abuela) y renegaba de mi combinación perfecta (fresa y chocolate), a cambio de la combinación "correcta" (nata y fresa)

Ahora, que he cumplido treinta y tantos años mas encima de los que tenía por aquel entonces, me parece absurdo, totalmente absurdo, pero reconozco que era una realidad de la vida cotidiana, de un pais con miedo, donde hasta las pequeñas decisiones, las irrelevantes, las del paladar, debían de ser como las de todos. Sin destacar.

Así que realizada la reflexión, me alegro de que non sacudieramos el polvo, y que existan los helados de bolas de chocolate o de chocolate y nata. Que existan los helados de dos bolas y los de dos "bolos". Que se pueda poner chocolate encima de dos bolas de nata o que una nata viciosa quiera dos "bolos" de chocolate. Que a la fresa le guste la nata, la vainilla o las exóticas nueces de macadauem. En fin pues, que cada uno de notros le de gusto a sus sentidos con la mejor combinación posible de colores y sabores. La suya.

jueves, 13 de octubre de 2011

Santiago de Compostela y su gente

Hace aproximadamente un mes, recorría yo la Rúa do Vilar camino de la Plaza de La Quintana, donde se ubica entre otras cosas el Colegio de Arquitectos, en pleno corazón de la pura esencia de Santiago.

Eran sobre las 11 de la mañana, y comenzaba a desperezarse el caos turístico que hace de Santiago en realidad su pura esencia.

Al comienzo de la calle, un músico de cierto virtuosismo me alegró con una de Sabina. Además de las clásicas, de las que me gustan "... vivo en el número 13, calle melancolía, quiero fugarme hace años al barrio de la alegría, pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía.." Quebada perfecto entre los soportales de la Rúa do Vilar.

El siguiente, ya no fue lo mismo, con una flauta intentaba tocar una de los Beatles. Pobres Beatles. Apuré el paso e intenté quedarme con la calle melancolía.

Apenas una docena de pasos más alla, una gitana con acento rumano intentó darme la buenaventura con una rama de romero. La esquivé como pude y seguí mi recorrido.

Por último, a medida que me acercaba a la Plaza de Platerías y tras esquivar a un tuno que por su edad podría ser mi padre, comencé a oir el repiquetear de los canteros que se afanan en rehabilitar una de las torres de la Catedral. Mazo y cincel como hace más de 500 años. (os regalo foto del momento)

Mi postura ante este caos había sido siempre de rechazo. Me agobiaba el "merchandising" absurdo y las mareas humanas que dificultan el transitar. Sin embargo, el repiquetear de los canteros que restauran la Torre del Reloj, me hizo pensar, que en el fondo, el escenario era perfecto.

Pensé que en realidad eso era la esencia misma de Santiago de Compostela. Una ciudad empeñada durante casi una eternidad en construir una Catedral. Andamios y canteros. Peregrinos y buscavidas unidos para siempre en el eje del mundo. En el sueño de la obra perfecta.

Ya no me molestaban tanto los grupos de turistas. Si obviamos sus ropas, quizás llevasen allí cientos de años. Han pasado una y otra vez recorriendo Europa para ver la catedral. La de Santiago, la del fin del mundo.

Ya me parecían menos agobiantes las pitonisas de ocasión, los tunos postizos y los músicos de mejor o peor virtud. Ellos también llevaban allí tanto tiempo como los peregrinos. Unos son parte de los otros y viceversa.

Me siento afortunado por formar una parte infinitesimal de ese universo en torno a la Catedral, y que mi vida y mi trabajo que oblique cada cierto tiempo a participar de ese caos pluscuamperfecto.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Taquillas de piscina

Estoy intentando recuperar mi hábito perdido de acudir un par de veces por semana a la piscina municipal.

La piscina de mi pueblo, no tiene grandes pretensiones. Es práctica, sin alardes técnicos, ni grandes elementos arquitectónicos que la hagan merecedora de aparecer en ninguna publicación de esas de arquitectura. Por eso me gusta.

Está situada a media ladera y desde el amplio ventanal que tiene al Sur-Este, madrugando un poco, se puede ver, sobre la lámina de agua, amanecer sobre la Ria de Arosa, enmarcado sobre el "skyline" de los tejaditos de las casas de marineros. Sencillamente perfecto.

A partír de ahí, vienen los peros. Yo soy de los que practico un poco de "liturgia" para esto de hacer deporte. Los que me conocen sabrán sobradamente que no estoy clasificado para las olimpiadas de Londres y que por tanto puedo permitirme ir a mi ritmo.

En el vestuario masculino (si, los vestuarisos son completamente sexistas) dos de las paredes están ocupadas con bancos y la tercera con una larga batería de taquillas en planta baja y primera.

Y en esto de las taquillas es donde surje el problema. Yo busco una de la planta alta, que me quede cómoda para ir doblando la ropa y que todo quede perfectamente ordenado no solo para ir, sino para volver, de tal manera que encuentre lo que necesito sin ponerlo todo pingando. Esta es mi liturgia personal. Pantalón, ropa interior y la camisa debidamente colgada en esas perchas tan monas que te ponen.

En este hábito suelo coincidir con un señor mayor que es habitual en mi horario y que me saluda siempre con la cortesía propia del momento.

Junto con nosotros dos, son habituales dos muchachos de ventipocos, que llegan dispuestos a batir todas las marcas. Llegan en chandal, buscan una taquilla de planta baja que facilite el lanzamiento y "zass". Playeros lanzados, en una bajada de pantalones imposible sale de una vez calzoncillo, pantalón y calcetines de manera vertiginosa. Chaqueta y camiseta de otra tacada. Una bola perfecta y cierran rápidamente la puerta ante un posible alud del conjunto chandal-camiseta-playeros-calzoncillos-bolsa de deporte que han formado.

En una fracción de segundos están en bolas y comienzan a hacer flexiones para encontrar ese pequeño detalle con el que no contaban. El bañador está al fondo de la taquilla, dentro de la bolsa, junto con el gorro y las chancletas y tienen una enorme bola textil que amenaza con fagocitarlo todo.

Ese hecho comienza a inquietarme. Los muchachos comienzan a realizar flexiones y dos culos peludos sin cuerpo, apoyados sobre sus piernas, comienzan el baile de una danza singular.

¿Alguien puede pensar que con esos dos "alienígenas" uno puede completar su liturgia?. Y además, y sobre todo si es comienzo de semana, esos dos culos patizambos con los güevos (si, quise decir güevos) colgados y sin cuerpo hablan a la altura de los tobillos de sus exitos de fin de semana, con resaca incluida. Confío en que no sería en esa postura en la que conquistaron a la última princesa de boca de fresa que se cruzó en su botellón de fin de semana.

Realizada esta reflexión, quiero dejar claro mi corolario: POR FAVOR, vuelvan a realizar taquillas de esas tan retro y antiguas, que se apoyaban sobre el banco. Uno tenía su trozo de banco delante de su taquilla y listo. Así de sencillo se conseguía un vestuario digno. Ahora no, por una absurda moda de diseño las taquillas tienen que formar una especie de "collage" de colorines de suelo a techo, que obliga a agacharse para buscar o rebuscar en esas taquillas de planta baja, que hacen perder la dignidad al cuerpo humano. Hagamos las cosas de pie y erguidos, que para eso nos ha costado millones de años de evolución y por algo la llaman evolución.

Mi querido anónimo jubilado y yo, necesitamos nuestros tiempos de preparación y completar nuestra liturgia particular en calma. Nos inquieta acercarnos con nuestra camisa limpia a la puerta de la taquilla, mientras unas nalgas bailarinas que hablan a la altura de los tobillos se mueven inquietas a tan poca distancia.

Somos capaces de soportar unas aburridas taquillas alineadas sobre sus sosos bancos, con tal de poder mirar a todo el mundo a la altura de los ojos (de los ojos de la cabeza a ser posible).

martes, 6 de septiembre de 2011

Con "G" de Zarigüeya, por favor

Una noche de fin de verano en que debido a un exceso "siestero" no conseguía conciliar el sueño, me encontré ante el televisor, en fase somnolienta con un programa de estos con nocturnidad y alevosía, donde una azafata de generosos "melones" anima al espectador a llamar a un número de teléfono para ofrecerle un suculento premio a cambio de acertar una "inocente" pregunta.

La pregunta base del suculento premio era la siguiente: Un animal que contenga la "g"

Comienzan las llamadas mientras me invade el sueño. Gato, gallina, gallo, son las primeras llamadas. Nadie acierta. A mi no me importa porque mi único objetivo es quedarme dormido. Sigue el concurso y comienza a elevarse el nivel. Gorila, Orangutan, Pinguino, Lenguado. La sonrriente azafata anima a los concursantes con indicaciones del tipo "has estado muy certa", "Huyyy, casi, casi", y demás idioteces. Ya casi lo estoy consiguiendo, y el sueño me apodera.

De pronto, las dos siguientes llamadas me desvelan. Jirafa y abeja dicen los dos siguientes concursantes, a lo que la azafata, con su sonrisa pluscuanperfecta sigue indicando: "vas muy bien, pero no" y "has estado muy cerca ..". ¿con abeja has estado muy cerca?. Ahora si que ya me he desvelado del todo. A tomar por el saco todo mi esfuerzo por caer en las manos de Morfeo.

Ahora no me queda más remedio que seguir con atención la sarta de estupicedes que tengo frente a la pantalla. Espero a que alguien diga "elefante", "pantera" o "leopardo" para que la sonriente azafata me indique sin pestañear la "g" que ocultan y de la que yo no me he percatado.

Continúa la mecánica con gacela, ganso y un avispado concursante introduce un emotivo "jabalí". No pasa nada. La estupendísima azafata lo sigue animando ante lo cerca que ha estado del objetivo final de arreglar económicamente lo que le queda de año.

Para terminar, alguien sube el nivel general. Descuelga el teléfono, y del otro lado de la línea, se escucha "zarigüeya". Se hacen dos o tres segundos de silencio, y la monísima de la muerte azafata dice, tras escuchar atentamente las instrucciones de su "pinganillo": "Creo que no has entendido bién la pregunta. Se trata de adivinar un animal, un ser vivo."

Ya no pude más. Mi objetivo era conseguir un plácido sueño arropado por una estupidez televisiva y lo único que había conseguido era desvelarme ya por completo.

Pagaría, con "g" de "zarigüeya", antes que con la "g" de "jabalí", por saber que tipo de animál, o ser vivo, se esconde detras del "pinganillo" que anima los labios de la pluscuamperfecta azafata televisiva.

No quiero saber más sobre gacelas o gamos, ni sobre humildes gaviotas o grillos. Nunca sabré la respuesta correcta al acertijo millonario, pero me da miedo pensar, que esta se pudiera esconder detras de una jirafa, un jaguar o una sabrosa jibia en su tinta y que la sonriente azafata, sin pestañear lo anunciase a bombo y platillo tras haber escuchado atentamente a su pinganillo.

sábado, 23 de abril de 2011

CABALLOS Y YEGUAS



Para que comienze con ánimo la primavera, la adminsitración provincial a editado un folleto, pasquín o "librillo", sobre el uso correcto del lenguaje no sexista.



Desearía recordar, sin acritud, por si a alguien de los que nos manda se le ha olvidado, esto ..., que ..., es que estamos un poco en crisis, y nos toca las pelotas o pelotos, que se gaste la pasta esa que anda tan escasa en librillos, publicaciones y demás gaitas que creo que sirven para poco.



A pesar de que pueda molestar a muchos políticamente correctos, creo que el castellano es maravilloso, y tiene nombres para todo, y jamas ha confundido a los caballos con las yeguas.



Me dice el "librillo" de marras que utilice preferentemente expresiones como alcaldía o ciudadanía. Pero es que yo, como soy tan limitado de miras y tan burro y básico, pues es que se diferenciar al alcalde de la alcaldesa, y a Juana, Carmen y Maruja, de Paco, Alfonso y Pepe.



Por si estos tecnócratas de salón no se dieron cuenta, yo pienso aportar mi experiencia personal. En el mundo rural gallego, al menos entre el que yo me muevo, es común y frecuente que las cosas de la tierra, estén al frente de una mujer. Aproximadamente atiendo consultas de urbanismo de mujeres en una proporción de 2 a 1, y me parecería un insulto pasarlas por el rodillo del lenguaje no sexista, porque tienen sexo y creo que jamás han pensado en negar su condición de mujeres al mando de su casa.



Pediría por favor que no me manden más "librillos" subversivos, y que me dejen tranquilo con mi género masculino y femenino, con el singular y el plural. Que inviertan ese dinero en publicar a nuevos valores o en los que les de la gana, pero que me dejen expresarme como me de la gana, y que los demás me juzguen por lo que digo, y como lo digo.

sábado, 19 de marzo de 2011

ANGELITOS....


Fruto de la necesidad fisiológica, me acerqué a un baño público en una céntrica cafetería santiaguesa. Por si alguien no lo sabe, las puertas de estos baños, suelen ser un gran compendio de la cultura popular.
Un "angelito" había escrito en mayúsculas y con un rotulador grueso lo siguiente:
"LOS HEMIGRANTES NOS ROBAN EL TRABAJO"
Un segundo "angelito" había escrito, también en mayúsculas, aunque con un boligrafo mas común, una corrección de errores:
"JILIPOLLAS, EMIGRANTES SE ESCRIBE SIN H"
Por último, un tercer "angelito", motivado por sus anónimos colegas, habia escrito con tal ímpetu que había rayado hasta la pintura de la puerta lo siguiente:
"NO TENEIS NI PUTA IDEA. LOS QUE NOS ROBAN EL TRABAJO SON IMIGRANTES"

Después de este alarde cultural, no sabía si resignarme a permanecer sentado el resto de la mañana, o levantarme súbitamente y cambiar de local buscando mejores prosas de inodoro.

En tal caso me apetecía dejar escrita esta muestra máxima de gilipollez, que deja una prueba tríste y patética de una parte de la sociedad, espero que pequeña, que está más cómoda en la queja y en el insulto, antes que en la iniciativa y en la preparación, para salir adelante en estos tiempos convulsos.

viernes, 4 de marzo de 2011

POLITICA MODERNA


Fruto de la casualidad encontré esta simpática imagen en el proceloso mundo de la red. Fue como una lucecita (led, por supuesto, que hay que ahorrar energía) que se me encendió, y decidí que necesitaba dejar en la red mi encabrone particular al respecto.
Los que ya hemos cruzado la barrera de los 40, hemos vivido nuestra juventud a la par que nuestra democracia crecía. La clase política era una mezcla de jóvenes promesas y viejas glorias, que formaban una base de experiencia e ilusión, que con la vista atras, difícilmente volverá a repetirse.
25 años después, la clase política ha eliminado de la palestra la experiencia y la templaza de la edad, y un estrato de jóvenes tecnócratas se afanan en legislar todos y cada uno de los rincones de nuestra vida, en un pensamiento obsesivo de que nosotros, los ciudadanos, somos tan idiotas como ellos, y solo se entiende lo que se legisla, lo que se escribe, lo que se prohibe.
Estoy convencido que solo legislan para lucimiento propio. Que bién queda en el currículum: "tengo una carrera universitaria, dos masters, y he estado de ministro/a dos años en los que he redactado dos leyes y cuatro decretos de la leche."
¿Y que ha legislado ud?. Bueno ..., esto... Hemos prohibido un montón de cosas que estaban mal, muy mal y que el ciudadano no se habia dado cuenta ni siquiera de lo mal que estaban.
Por si aún no se dió cuenta esta nueva, joven y pujante clase política "sobradamente preparada", prohibir es tonto y fácil. Cualquier dictador de medio pelo, bajito y regordete, es capaz de prohibir y prohibir hasta quedar solo.
Cualquiera se puede sentar delante de un ordenador y empezar a escupir prohibiciones. Leyes para prohibir se nos ocurren a todos sin gran esfuerzo. Lo que ya jode más es hacer el ejercicio inverso. Si uno se pone a intentar inventare una ley que aporte libertad, que sea justa y que nos haga mejores .... ¡¡ Coño!!, eso cuesta bastante más.
Pues lo dicho, estoy un poco harto de la clase política que legisla para prohibir. Auténticos artistas del toreo de salón. Espero y deseo que alguien nos sorprenda abriendo una ventana, antes de que quedemos a oscuras de tanto bajar persianas.

lunes, 31 de enero de 2011

QUERIDOS POLÍTICOS ...


Después de 3 meses de abandono blogero de mi ombligo en la red, debo de dar gracias a los políticos, a la maravillosa clase política, y debería decir lo de CLASE, hasta con mayúsculas, que ha conseguido agitarme y despertarme de mi letargo.

La semana pasada, y en solo una semana, dos perlas políticas rodaron por los informativos llamando mi atención:

La primera comienza en una tertulia de la radio, sobre la contaminación atmosférica. Hablaban periodistas, políticos y científicos, de la contaminación del aire de una gran ciudad española, capital del reino, aunque no daré más pistas.

Mientras una política explicaba con profusión como se habian reducido los índices de todo tipo de monóxidos, dióxidos y de no se cuantos elementos más que recorrian al menos la mitad de la tabla periódica repetida hasta la saciedad en nuestro pasado bachiller, un humilde becario de una universidad, se quejaba amargamente porque aunque los datos eran ciertos, también era cierto que los datos tan positivos se habian conseguido del siguiente modo:

Por el tamaño de ciudad, Europa, la vieja Europa, obligaba a tener al menos 6 centros de medición. Hace 6 meses, y coincidiendo casualmente, solo casualmente con la mejoria de la calidad del aire, 3 de esos medidores se habian trasladado a los 3 parques más grandes que dispone esta nuestra capital.

La política, hábil, arremetió contra el joven becario, con toda una batería de acreditaciones del instituto, de nombre esdrújulo, que avalaba el informe, sus técnicos de reputado prestigio, sus catedráticos estudiosos, y toda la normativa europea que se cumplía a rajatabla.

El becario le contestó que conocía sobradamente a la citada empresa, que paga religiosamente a la universidad, en particular, al departamento del que el depende y que él es el "prigao" que lee diariamente las estaciones de medición para su esdrújula empresa.

Lo que más le "jodía", bueno, empleó una expresión "políticamente correcta", era que despues de 5 trimestres, su tesis doctoral (la posibilidad de completar su currículum y poder escapar de su condición de becario mal pagado) se habia ido al garete, ya que se centraba en no se que variaciones de algún componente químico con el cambio del clima y de las estaciones, y como algún "capullo" había decidido mover de sitio la mitad de los medidores, sus valores ya no servian y debía de comenzar de nuevo (o contar una mentira, pero no quería ir para político, sino para investigador).


La segunda perla informativa es mucho más breve ya que es Británica, y ya se sabe que allí lo solucionan todo sin tanta prosa.

Parece ser que la "City" Londinense sufre una invasión de ratas. Si, auténticas ratas británicas, o aguarones asturianos, que viene a ser lo mismo.

Esta semana, llegó a tal punto, que mientras el "Mayor" británico daba una rueda de prensa delante de la conocidísima puerta del número 10 de Downing Street, un auténtico aguarón de la "British" se paseo impunemente entre primer ministro, prensa, cámaras y policía británica, que como postes de madera miraban de reojo al animalillo.

El primer ministro resolvió, como solo un británico sabe hacerlo: "Solicitaré inmediatamente la adquisición de un gato para la residencia oficial". Ahí queda eso.

Queridos políticos, gracias por despertarme. Necesitaba volver a abrazar mi pequeño blog.